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EL SEIS DOBLE - DIARIO DIGITAL DE ALZIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (57). EL COLEGIO DE LA BENEFICENCIA Y SOR VICENTA. POR: ALFONSO ROVIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (57). EL COLEGIO DE LA BENEFICENCIA Y SOR VICENTA. POR: ALFONSO ROVIRA

Con los brazos y el corazón abiertos

 

Decía Voltaire, en su elogio de Federico II de Prusia: "Por preciosos que sean los dones de la mente, imaginación, genio y cultura, no puede compararse con los actos de humanidad y beneficencia. Aquellos se admiran, estos se bendicen y reverencian". Esta excelente obra la han venido desarrollando en Alzira, durante casi un siglo las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en el establecimien­to de la Beneficencia, en la casa del Camí Nou de Gandía, siempre abierta a los niños huérfanos o necesitados.

San Vicente de Paúl, tras haber organizado varias cofradías de siervas de los pobres, las reunió en una sola comunidad, con asistencia de Luisa de Marillac, que bajo la dirección del Santo Parisino, se dedicó a trabajar por el necesitado. En 1633 formó las auxiliares de Damas de la Caridad, que más tarde se constituirían en Congregación de la que Luisa de Marillac fue la primera superiora, canonizada en 1934 por el Papa Pío XI. Esta institución fue confirmada por SS Clemente IX en 1668, extendiéndose pronto por toda Europa; en la actualidad tienen fundaciones por todo el mundo.

El establecimiento de Caridad y Beneficencia en Alzira con la invocación de los santos patro­nos Bernardo, María y Gracia, se fundó en 1905. Figuraba en una inscripción en la antigua puerta de la entrada a la casa. La Corporación Municipal presidida por el alcalde José Bolea Villanova, acordó realizar, un año antes, las gestiones para conseguir la creación de esta Casa Beneficencia. La donación del inmueble en la calle Gandía 20, la realizó una benefactora alcireña llamada Rosa García Delgado, cuyo retrato encontramos en la sala de visitas de este centro asistencial.

El reglamento fue impreso en la imprenta Muñoz en 1905. Del documento han cambiado muchas cosas. La Beneficencia dista mucho de la misión para lo que fue creada. Beneficencia es vivir para otros y no sólo es deber, sino también felicidad, aunque en la actualidad, la denominación y activi­dad ha cambiado por Colegio de los Santos Patronos, donde se imparten clases de EGB, pero que aún cumple el cometido de atender a niños necesitados, puesto que diez niñas son atendidas en régimen de internado por necesidades familiares.

 

La llegada de sor Vicenta

No vamos hoy a escribir desde sus inicios, si no de lo que hemos conocido, de la época de los años 1940, cuando llegó a Alzira una hermana de la Caridad de todos muy querida y recordada, sor Vicenta Ramírez. Nadie como Pascual Serrano —Pascualet, el de la Agrícola— que tanto bien ha hecho en sus largos años de servicio en esta entidad. Un hombre afable, conversador, que a los seis años quedó huérfano de madre siendo su segunda madre sor Vicenta, que él mismo la recuerda con emoción en la Beneficencia, de donde salió para contraer matrimonio.

También las hermanas disponían de un huerto de unas veinte hanegadas en la carretera de Carcaixent; unos terrenos y una casa, hoy destinada, donde los niños disfrutaban del verano en aquellos lares. Eran 18 niños y 14 niñas, éstas quedaban en la casa de la calle Gandía —hoy Pérez Galdós—. Sor María, una monja granadina, que llegó a Alzira en 1940, era la encargada. Acompañada de Pascualet, se desplazarse en los autobuses de línea de Miguel Pallás a Valencia, donde alquilaban, en la calle Bailén, un carrito de mano y recorrían los distintos centros de distribución del racionamiento de víveres. Imagínense a sor María, con aquel aparatoso hábito que usaban las hermanas, desplazándose a pie por las calles de Valencia tirando del carrito Todo por los niños que se albergaban en la casa de Alzira. Dice el artículo 83 del capitulo XIII del reglamento de 1905 "la religiosa destinada al servicio de la cocina recibirá de fa despensa los artículos necesarios para la confección de las comidas diarias y los tendrá dispuestos para el reparto a las horas señaladas. Dará cuenta a la superiora de las faltas que notare, en fa calidad de los alimentos...".

Cuando las religiosas consiguieron que marcharan los hortelanos que se albergaban en la casa, que habían arrancado los naranjos, la arreglaron reforzando las vigas, aprovechando un pino que crecía en el patio de la residencia de la calle Gandía.  Auxiliados por Francisco Camarasa y también por Bernardo Magraner, ya que su padre, Bernardo Magraner Carrió, era el director del centro desde el 22 de mayo de 1939, se dispusieron a cultivar las tierras, sembrando patatas, boniatos y maíz. De este último producto que daba la tierra, sor María confeccionaba tortitas de las que tantos de nosotros hemos comido.

Existía en la casa de la calle Gandía una capilla donde venía con frecuencia a celebrar la eucaris­tía el capuchino Fray Julio de Alzira, hasta que en 1954, el ocho de marzo, el arzobispado creó tres parroquias en Alzira, entre ellas la de los Santos Patronos, nombrando párroco de la misma al sacerdote alcireño Bernardo Mascarell García, ubicándose la misma provisionalmente en la referida capilla hasta que fue construido un nuevo templo, inaugurado en 1966. En 1976 la Casa Beneficencia, con la ayuda de Luis Suñer, sufrió una remodelación para pasar a la docencia, si bien la enseñanza se impartía años antes, pasando por sus aulas innumerables niños que aún recordarán a sus primeras maestras como Sor Vicenta, que falleció a los 97 años; Sor Amparo Sanchis, que el día 3 de febrero nos dejó; a Sor Pilar, Sor Josefina, y muchas más.

En la foto, una de las visitas de los Reyes Magos, en la que vemos al alcalde, José Pellicer, acompañado de sor Vicenta, de Eleuterio Grau y Vicente Gimeno, con unos niños acogidos en el centro.

 

Alfonso Rovira, 21.02.1993

 

1 comentario

Anónimo -

No sabia l'història de Pascualet. Curiosa. Un bon home i un pare per a tots els empleats de L'Agricola