Unas 30.000 personas presenciaron en las calles de la ciudad este desfile de arte y religiosidad
Fervor, devoción, pasos, silencio, cofrades y música fúnebre. Estos son algunas de las emociones que se vivieron ayer en la celebración del Viernes Santo. Aunque los caprichos del calendario han hecho coincidir muchos actos de la Semana Santa con las Fallas, la capital de la Ribera Alta volvió a demostrar todo el fervor de un pueblo volcado con una de las celebraciones más importantes de todo el año: la procesión del Santo Entierro.
Las cifras lo dicen todo, ya que cerca de 30.000 personas presenciaron en las calles de la ciudad este desfile de arte, religiosidad y un punto característico de Alzira: el reparto de caramelos y peladillas a los asistentes.
Pero, además, otras miles de personas pudieron presenciar en directo por Punt 2 y el canal internacional de TVV esta procesión. Otra cifra que es admirada por el público es los cerca de 8.000 cofrades y hermanos que desfilan con sus cofradías, cada una de ellas con sus características y peculiaridades diferentes. Y es que por ejemplo el paso del Cristo en la Agonía o el Santo Sepulcro estremece a los devotos.
La procesión se inició en el único resto que queda de la iglesia gótica de Santa María, junto al Júcar, para recorrer las angostas calles de la Vila, hasta llegar a la Casa Consistorial, los Casalicios ya restaurados, la Plaza Mayor, Pérez Galdós, Reyes Católicos, Doctor Ferrán, J. Pau hasta llegar a la iglesia de la Virgen del Lluch. Este año han tenido el orgullo de ser Clavarios Mayores el matrimonio formado por Ernesto Baeza y Consuelo Martínez.
El desfile procesional lo inició la Cofradía de la Santa Cena, una grandiosa anda, a la que le seguía el Santo Cáliz, para continuar con la espectacular talla de Antonio Ballester que representa a Jesús en el Huerto.
Los cofrades del Prendimiento del Señor y Virgen de la Esperanza lucieron sus sayales oscuros, que representan la noche, y el capuchón blanco. La procesión continuó con el Cristo en la Columna y la Coronación de Espinas. El rojo de las vestas de los cofrades del Ecce-Homo dio paso a una de las imágenes más veneradas, la de la Archicofradía de Jesús Nazareno y Virgen del Sufragio. La Santa Faz, el Santo Expolio y Virgen del Perdón, la Crucifixión del Señor dan paso al silencio en las calles de Alzira con los hermanos del Cristo Crucificado en la Agonía. María Madre le siguió en el desfile y, a continuación, el Pas del Poble, el Devallament y la Dolorosa. Santa María Magdalena Camino del Sepulcro del Señor precedió a otro de los momentos más emotivos de la procesión, a hombros, con tambores y 1.000 hermanos desfiló el Santo Sepulcro. La Pasión acaba con la cofradía de la Virgen de la Soledad. La procesión la cerró la Junta de Hermandades que preside Pedro Benedito, con la Santa Cruz, las autoridades, el clero, los clavarios mayores y los componentes de la Banda Sinfónica de la Societat Musical d’Alzira.
Xavier Pérez
Publicado con autorización de LAS PROVINCIAS, delegación de la Ribera.
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