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EL SEIS DOBLE - DIARIO DIGITAL DE ALZIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (31) __ LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES DE ALZIRA __ POR: ALFONSO ROVIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (31) __ LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES DE ALZIRA  __ POR: ALFONSO ROVIRA

La estación que pasó de largo 

Caminábamos bien avanzado el año 1961 y el viejo cauce del río Barxeta se estaba rellenando para que algunos años más tarde, concretamente en 1967, se inaugurara el primer tramo de la avenida de los Santos Patronos. En aquel año 1961, el entonces alcalde de Alzira, Bernardo Andrés Bono, presentó al Pleno de la Corporación Municipal, el 26 de Junio, una moción en la que entre otras cosas manifestaba: "... Estas medidas se encaminan a evitar la posibilidad de una gran anarquía y desconcierto en la ordenación de aparcamientos de vehículos, punto de toma y apeamiento de viajeros, circulación de los grandes coches o autobuses que los conducen y, en general, en los sistemas reguladores de tan importante y trascendental servicio público". 

Nacimiento de un proyecto 

Acababa de nacer el proyecto de creación de una estación de autobuses y, como todos los solares a orillas del río eran de propiedad municipal, la idea de la ubicación de la referida estación, en principio, fue en lo que hoy es la última manzana de edificios de la avenida, en la calle Júcar y adyacentes Nicolás Bas, Tejar Martí y Piletes. En el pleno celebrado el 4 de julio de 1961, la corpora­ción acordó municipalizar con monopolio el servicio de autobuses. El anteproyecto de la estación de autobuses lo realizó el ingeniero de caminos Bernabé Fer­nández, alcanzado el presupuesto 18.646.369,50 pesetas, que comprendía la edificación de la referida estación más un hotel municipal de segunda categoría y viviendas.

El 19 de marzo de 1969, habiendo transcurrido casi toda la década de 1960, en el pleno de este día se examina el pliego y, tras los tratamientos legales, se procede a convocar la licitación correspon­diente.

Como quiera que se iban dando largas y pidiendo nuevas demoras al ministerio para el co­mienzo de las obras, en el pleno celebrado el 28 de julio de 1969, dos meses después de haber aprobado el proyecto, se recibió una notificación del Ministerio de Transportes en la que se da a conocer que “por dificultades surgidas ante el ministerio, como son la mejor descongestión de tránsito entre otras venta­jas, la nueva estación de autobuses será construida en el solar del ayuntamiento, sito en la calle Ronda, de 2.850 metros cuadrados, 2.367 para estación de autobuses y 483 para el hotel". Para este proyecto la subasta ascendió a 7.702.637,99 pesetas que se le adjudicó al constructor alcireño Agustín Goig Yago por 7.700327,20 el día 24 de septiembre de 1970.

Las obras terminaron y la estación de autobuses fue inaugurada el14 de marzo de 1974. La foto con la que hoy ilustramos este artículo es el momento de la inauguración y la bendición por el Arcipreste Francisco Albiol, al que le acompañan en la instantánea el alcalde José Pellicer; el goberna­dor civil, Antonio Rueda  y el concejal Antonio Pastor. También podemos reconocer en segundo plano a Manuel Oro, Enrique Lahuerta, Ernesto Casanova y adivinamos que Eleuterio Grau es el que sujeta el micrófono a la derecha de la instantánea. 

Anulación del Ministerio 

Poco tiempo funcionó la estación de autobuses puesto que, con fecha 31 de mayo de 1974, el Ministerio notificó al Ayuntamiento de Alzira la resolución de anular la autorización concedida al mismo para establecer la estación de autobuses que decía: "Anular dejando en consecuencia la autorización concedida al Ayuntamiento de Alzira por orden ministerial de 1965 para construir y explotar directamente en dicha ciudad una estación de autobuses destinada a concentrar llegadas y salidas de vehículos adscritos al servicio público de transporte de viajeros por carretera, en consecuencia ordenar el archivo de las actua­ciones".

Un año más tarde, en el pleno celebrado por el Ayuntamiento el día 2 de mayo de 1975, se notificó que “por haber quedado desbordados los planteamientos legales y sociales en que fueron constituidos, la estación de autobuses, en la actualidad sin prestar servicio alguno y habida cuenta de la necesidad de locales para escuelas nacionales procede a la desafección de la misma para que sean construidos, de ser legalmente procedente, para la dedicación de escuelas nacionales". El acuerdo se tomó por unanimidad. Han transcurrido dieciocho años y, desde entonces, el edificio de la calle Ronda, entre los juzgados y el colegio de La Purísima, ha albergado, que recuerde, escuelas nacionales, centro de dismi­nuidos psíquicos, escuela de adultos, parque de bomberos con muchísimas dificultades para la salida al servicio, escuela taller y no sé si se me olvida alguna actividad más.

Lo bien cierto es que, remitiéndonos al principio, la buena idea que nació del alcalde alcireño Bernardo Andrés Bono, que desgraciadamente no fraguó, ningún sucesor suyo ha continuado el proyecto de dotar a Alzira de una digna estación de autobuses donde se concentren las líneas y viajeros que lleguen a Alzira de toda la comarca y, como decía Bernardo Andrés Bono, "Estas medidas se encaminan a evitar la posibilidad de una gran anarquía y desconcierto en la ordenación de aparcamiento de autobuses". 

Diversidad de paradas 

Hoy, cada línea de autobuses aparca en un lugar distinto en plena vía pública, como puede ser alrededor de la plaza del Reyno o en la Avenida de la Hispanidad. En esta última, el viajero tiene que esperar a que el autobús llegue desde donde haya tenido que esperar la hora de partida, porque si ocupa el carril de circulación de esta vía, salida de la población, recibe la visita de los agentes de la autoridad para ser multado, sin olvidar los atascos que se pueden llegar a formar cuando algún vecino, empleado de comercios que por allí se encuentran o repartidor de cualquier tipo, aparca momentáneamente sus vehículos en las zonas reservadas a los autobuses.

Por otra parte los vecinos de la plaza del Reyno y alrededores tienen que soportar la contami­nación de humos y ruidos que desprenden los potentes motores de los autocares que aparcan en esta zona desde primeras horas de la mañana.

Por todo ello, debería ir pensándose en dotar, como las hay en las ciudades importantes, de una estación de autobuses a la capital de La Ribera Alta. Alzira y su comarca la merecen. 

Alfonso Rovira, 16.08.1992

1 comentario

Paco R. -

Parece mentira que un artículo escrito hace 15 años esté aún en vigor. Lo de los autobuses en Alzira no hay por donde cogerlo. ¿Para cuando una estación digna?