CONOCIENDO A PEPE BORRULL, ENTRENADOR DEL EQUIPO SÉNIOR DEL NOU BASQUET ALZIRA

Entiendo el baloncesto como un deporte físico y técnico a partes iguales en el que, para triunfar, los deportistas deben ser inteligentes y pacientes

 

Tercera temporada consecutiva al cargo del primer equipo sénior, ¿qué valoración haces de estos tres años?

Agridulce; por un lado, satisfactoria porque he conseguido transmitir ilusión y entusiasmo a los componentes de las plantillas de la temporada pasada y de la actual, por otro, creo que no se ha conseguido todo lo esperado. Esta temporada está resultando muy dura, con continuas lesiones y con resultados demoledores. Para mí la falta de regularidad viene dada por la juventud de gran parte del equipo y por una falta de hábito de trabajo de temporadas anteriores.

Tengo que añadir que no considero la temporada 2006/07 como la de entrenador, porque durante ésta también jugaba, y no tiene nada que ver un trabajo con otro.

¿Qué te motivó para dar el paso y convertirte en entrenador?

La motivación principal es el amor por el baloncesto, y el deseo de que en Alzira consigamos tener un club como nos merecemos. Para mi es un sacrificio personal, puesto que, como a todos, lo que me gusta es practicar este deporte. Por otra parte, la edad y la competición ponen a cada uno en su sitio y no dejo de reconocer que también encuentro satisfacciones realizando esta tarea de entrenador.

¿Cómo definirías el estilo Pepe Borrull?

Realmente es una pregunta complicada, no he llegado a pensar en si tengo o no un estilo; desde luego me decanto por un estilo de juego rápido con posesiones cortas y ritmo de juego alto. Pero hay que ser realista y jugar con las armas que se poseen, adaptarse al estilo de juego que más conviene en cada situación.

¿Cómo entiendes el baloncesto?

Entiendo el baloncesto como un deporte físico y técnico a partes iguales en el que, para triunfar, los deportistas deben ser inteligentes y pacientes.

¿Echas de menos tu época de jugador?

Por una parte añoro jugar pero, por otra, no lo hecho de menos, puesto que para hacerlo tenía que haber disfrutado jugando y no ha sido así. Siempre he disfrutado mucho más en un entrenamiento que en un partido. Debe de ser porque nunca he encontrado un entrenador que me haya convencido. Tal vez por esa razón intento ser un entrenador diferente y conseguir formar un grupo humano como prioridad principal.

Tras una amplia trayectoria a tus espaldas en este deporte, ¿cuál es la mejor anécdota que recuerdas?

Como anécdota única sería difícil elegir una, recuerdo con añoranza mi primera época como jugador, donde era difícil jugar en una pista cubierta o donde en gran parte de la liga éramos 6 ó 7 jugadores como máximo para todos los partidos.

Tal vez destacaría esos desplazamientos a la cárcel de Picassent como evento destacado, donde se iban cerrando las puertas detrás de uno y donde los espectadores eran los mismos presos, dispuestos en gradas a pie de pista.

¿Qué podemos esperar de este equipo de cara a la segunda vuelta?

Creo que vamos a seguir con la irregularidad demostrada. Por una parte, el refuerzo de Kiko nos aporta experiencia pero, por otra, las continuas lesiones y la falta de continuidad de algunos jugadores que a estas alturas deberían haberse asentado en el equipo aportando con más regularidad, me hace pensar que vamos a mantener la misma tónica durante toda la segunda vuelta. De todas maneras el límite lo ponemos nosotros.

 Y entrando en el terreno personal, con tu permiso, ¿tu próxima paternidad supondrá un adiós temporal o definitivo del baloncesto?

En un principio no me planteo dejar mi faceta como entrenador del equipo sénior, a no ser que el club decida prescindir de mis servicios. Por otra parte, ya puedo confirmar de antemano que el resto de tareas que desempeño en la entidad no las voy a poder realizar.

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