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EL SEIS DOBLE - DIARIO DIGITAL DE ALZIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (65). LA PLAZA DEL SUFRAGIO Y SU IGLESIA. POR: ALFONSO ROVIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (65). LA PLAZA DEL SUFRAGIO Y SU IGLESIA. POR: ALFONSO ROVIRA

El cementerio llamado "Fosar de Santa Caterina" no tenía iglesia. Fue en 1753 cuando se edificó la ermita de Nuestra Señora del Sufragio, lugar destinado para rogar por las almas de los allí enterrados

 

La plaza del Sufragio y del Carbón eran dos plazoletas separadas por una estrecha abertura entre el asilo de ancianos y las propias plazas; muy cerca de esta comunicación es donde se situaba el portalón de salida de carruajes del asilo. En la tartana de esta casa instalaban el escenario al llegar el mes de agosto los festeros de San Roque, para celebrar las fiestas al patrón de la barriada con las varietés, frente a la casa de Visantico el "carreter".

Escribimos hoy de la plaza del Sufragio y de su iglesia, que de Nuestra Señora del Sufragio tomó el nombre. La plaza del Sufragio estaba abrazada de edificios monumentales, entre ellos la referi­da iglesia, que fue levantada por nuestros antepasados y debido al abandono se fue arruinando, hasta llegar al extremo de que fue aprovechada para almacenar enseres municipales, entre otros, puesto que también sirvió de depósito de las cajas de madera que después de transportar cajetillas de "70" y “potets" de tabaco en los años 40, tras ser vaciados por la Administración Tabacalera, sita en la calle de Amparo, junto a casa abadía.

 

Derribada por la “picola"

La “picola", allá por 1967, se encargó de terminar con la amenaza de ruina, como muestra la fotografía tomada en aquel año.

Precisamente donde hoy se asienta el edificio San José, con sus dos pasajes —uno de ida y otro de vuelta— aún, si nos fijamos en el lado paralelo a la delegación de Hacienda, veremos restos del pasaje, que junto a la muralla discurría desde el mercado al detalle hasta el cuartel de la guardia civil, era la línea donde terminaba la parte trasera de la iglesia del Sufragio.

Este templo se construyó en 1753. Sabido es que nuestros antepasados acostumbraban a tener los cementerios cerca de las iglesias. En Alzira todos los conventos tenían cementerio propio; así se enterraban a los religiosos que fallecían, en capillas o ermitas conventuales. La iglesia de Santa Catalina no era dependiente de ningún convento, siempre ha estado destinada a parroquia, des­pués de ser transformada en templo católico lo que había sido antigua mezquita árabe, que lindaba con la entonces plaza Mayor, hoy de la Constitución, los cristianos alcireños quisieron tener su cementerio.

De esta manera, el nuevo cementerio, que recibió el nombre de "Fosar de Santa Caterina", estaba carente de iglesia y por ello, los Jurados de la Vila, en el referido año 1753, edificaron la nueva ermita y le dieron el nombre de Nuestra Señora del Sufragio, ya que era destinado para rogar en sufragio de las almas de los allí enterrados.

Pasado el tiempo, debido a las exigencias de salud pública, el cementerio fue trasladado al exterior de la población, en la partida de Tulell  donde se enterraba hasta casi finalizar el pasado siglo en que fue construido el del Pla de Corbera.

La ermita del Sufragio quedó bajo esta advocación, donde se guardaron durante algún tiempo los Pasos de la Semana Santa, así como utensilios religiosos, arruinándose debido al abandono como ya hicimos mención anteriormente y derribándose para convertir su solar en vía pública. Según nos transcribieron oralmente los protagonistas de este significativo hecho, en mayo de 1936, al ser incen­diada la iglesia de Santa Catalina, entraron por la noche en la misma y con un banco de madera donde depositaron la imagen de bronce de San Bernardo, que debido al fuego aún estaba muy caliente trasla­dándolo a la iglesia cercana del Sufragio en primera instancia y más tarde al domicilio de Ramón Flor, donde éste procedió a su transporte a casa de su amigo José María Llopico, en Onda, donde fue salva­do.

No existían edificios en la que después sería la avenida Luis Suñer, era la partida del Alborxí, vean, si no, al fondo como aparece la construcción del que fue mercado de abastos que en la actualidad sirve como polideportivo, el “Fontana Mogort”. También recordamos que en la parte izquierda del edifi­cio en cuestión, la iglesia del Sufragio, haber visto horizontalmente, salido de la pared, un hierro que servía para instalar un peso para la paja que se administraba a los animales, si pensamos que en aquella plazoleta se instalaba el mercado de animales.

El historiador alcireño Bernardo Montagud, en su publicación “Alzira, arte en su historia”, nos recuerda que Rafael d'Alzira en 1966 escribía del interior de esta iglesia: "Era muy espaciosa y estaba compuesta de una sola nave sin claustros, con un precioso altar mayor —en la actualidad en Santa Catalina— y excelente retablo en el que presidía la estancia, como es natural, la imagen de Nuestra Señora del Sufragio. A cada uno de ambos lados había dos altares en los que se albergaban las imagen es de otros santos, y entre estos un artístico nazareno”.           

Entresacamos del libro de Eduardo Soler i Estruch, “Alzira al cor”, en el que describe que en este cementerio del Sufragio fue enterrada N’Blanquina March, madre del humanista Luis Vives.

Alfonso Rovira, 18.04.1993

 

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