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EL SEIS DOBLE - DIARIO DIGITAL DE ALZIRA

Articulistas ----------------------- Marino Baler

LAS MACROURBANIZACIONES Y CONSTRUCCIONES EN ALZIRA

LAS MACROURBANIZACIONES Y CONSTRUCCIONES EN ALZIRA

Me recuerdan al monstruo de Frankenstein, del que se cogían trozos de cuerpos para construir un ser perfecto pero al final salió horrible

Con respecto a la urbanización denominada Huerto de Galvañón, al pie de La Muntanyeta,  ¿cómo es posible que el Ayuntamiento permita estas construcciones teniendo colgado todavía el asunto de la zona de Tulell?

A bombo y platillo se promocionaron tantas y tantas construcciones. Así, y por pensar en algunas, me vienen a la cabeza las famosas torres de no sé cuantos metros de altura o el residencial Jardines de Tulell ¿Dónde ha quedado todo eso? ¿Dónde está todo? Parece ser que no ha pasado de ser una idea plasmada en papel por esta crisis que nos afecta y ¡ojo! no es culpa del Ayuntamiento, ni mucho menos.

Pero sí que sería culpa del Consistorio si se permitiese esta nueva urbanización. No se puede, es más no se debe, permitir que se empiece una cosa sin tener otra terminada. Que si construyo cuatro casas aquí, que si una urbanización allí, que si un polígono más allá y, al final, el resultado es nefasto. Me recuerdan al monstruo de Frankenstein, del que se cogían trozos de cuerpos para construir un ser perfecto pero al final salió horrible. Pues lo mismo con Alzira.

Habría que enseñar, a quien corresponda, o sea a quien permite estas construcciones, que el hecho de construir y construir y más construir no es, ni mucho menos, sinónimo de belleza (a la vista está) ni de comodidad (los que sufren las obras pueden dar fe de ello).

Un pueblo o ciudad, en este caso el nuestro, ha de saber cuáles son sus necesidades y cuáles sus limitaciones; y en base a ellas, actuar. Alzira, tiene el inconveniente de estar limitada por el río, lo que significa que solamente puede crecer hacia una zona determinada; pero, eso sí, con coherencia. Creo que hay otras construcciones más urgentes como son la tan cacareada biblioteca, la delegación de tráfico o el palacio de justicia que, una vez pasadas las elecciones, han pasado a segundo plano hasta que vuelvan las promesas electorales.

Marino Baler