ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (70). PRESENTE Y PASADO DE LOS HORNOS DE COCER PAN EN NUESTRA CIUDAD. POR: ALFONSO ROVIRA
Con los casi ocho siglos que los árabes vivieron en estas tierras, nos dejaron, entre otras cosas, los hornos morunos, que aún existían en Alzira hasta que se produjo la Pantanada
El pan es una porción de masa de harina y agua que, después de fermentada y cocida al horno, sirve de alimento al hombre. Antes de que se cociera el pan, el ser humano comía los granos de trigo masticándolos; después aprendió a triturarlos entre dos piedras; más tarde se tuvieron piedras oblongas, ligeramente cóncavas, donde se machacaban. La experiencia mostró muy pronto el valor nutritivo de los granos de trigo y se extendió el uso. En Egipto se amasaba cada día y era oficio de las mujeres, por eso había piedras o muelas en cada casa.
Desde que se comían los granos triturándolos, hasta que se amasó el pan de flor de los romanos, hubo, sin duda, muchas maneras de aprovechar la pasta. Más ¿quién ha sido el inventor del pan? Los griegos lo atribuyeron a Triptolemo, o al Dios del pan, unos 1.400 años antes de Jesucristo.
Los hornos de cocer pan fueron ya conocidos en Egipto. La fabricación de pan tiene hoy grandísima importancia en todas partes. No se amasa ya a mano, se emplean grandes máquinas para este menester.
Con los casi ocho siglos que los árabes vivieron en estas tierras, nos dejaron su cultura y, entre otras cosas, los hornos morunos, que aún existían en Alzira hasta que se produjo la Pantanada de Tous, y de los cuatro que funcionaban solamente queda el de Miguel García Navarro, en la calle de Chulvi, esquina a la plaza de la Constitución. Los otros eran el de Goig, en Les Barraques; el de Carlos Ramón Chafra, en Sant Roc; el de Tudela en Santa Teresa y el de Enrique Camarena, en la calle de la Enseñanza. El horno moruno o romano, pues ya en sus tiempos comenzaron a utilizarse, eran de plataforma o piso circular, de unos cuatro metros de diámetro donde se quemaba la leña para caldear el horno; después limpiaban las baldosas de ceniza y se depositaba el pan para su cocción.
Enrique Camarena
Por haber transcurrido gran parte de mi niñez y adolescencia —treinta años— al mismo lado del horno de Enrique Camarena, es del que tengo más vivencias. Auxiliado por el mismo recuerdo que entre 1939 y 1940 su padre, Enrique Camarena Sifre, procedió a la reforma del edificio, apareciendo en el subsuelo tres pisos de baldosas, lo que viene a significar que las constantes inundaciones del Xúquer, poco a poco, nos ha aportado la elevación del terreno. Del horno de Camarena, de los más antiguos de la población, tenemos noticias documentadas que su abuelo, Francisco Camarena, lo adquirió a María de la Presentación Casani y Bernardo de Quirós, herencia de su abuelo el marqués de Santiago. ¿Serían descendientes de los marqueses de Santiago, propietarios del palacio donde hoy se asienta la casa consistorial?
El “pa groguet"
¿Quién no recuerda, de los clientes que frecuentaban el horno de Camarena, al So Bernat? Un oficial que con su buena voz de barítono entonaba zarzuelas como Marina de Campodrón y Arrieta; ya saben aquello de... "costas las de Levante, playas las que añoré”... “y no las de Lloret", como se cambió después.
Por otra parte, antiguamente, los horneros no amasaban el pan; lo hacían las flecas —tahonerías que se dedicaban a ello—, para después llevar el pan a cocer al horno, donde el hornero, por su trabajo, cobraba en especie, que luego vendía. En Alzira existían flecas, una cerca del Pont de Sant Bernat; la de Saura, frente al Forn de les Rajoletes y la otra en lo que fue el Romeral, en la plaza de Casasús.
Nos viene al recuerdo el pan que consumíamos en los años siguientes a la contienda civil, el “pa groget”. Era de maíz amarillo y raíces. Enrique Camarena nos apuntaba que se extraía el alcohol del maíz amarillo, quedando el producto similar al serrín, por lo que no ligaba la pasta y había que cocerlo en latas, como si fueran albóndigas. En aquella época lo que más se cocía en los hornos eran boniatos, calabazas, coquetes de dacsa y patatas cortadas por la mitad y espolvoreadas con pimiento rojo molido. Más tarde, cuando llegaron los tiempos mejores, las amas de casa amasaban las monas de Pascua en unos lebrillos colocándolas dentro de la cama para que no perdiera el calor la pasta y más tarde llevarlas al horno a cocer.
Algunos hornos de Alzira
Los hornos más antiguos de los que tuvimos el placer de conocer a sus propietarios eran el de Constantino Llinares; de los Albeldo; Bernia; Llopis el llauraoret, del valencia, en la calle de la Purísima; San Bernardo, en Piletes; Nicolau, en San Juan; Serra, en el hospital; Chordá; Tudela; Roselló; Martínez; Roca; Ribera; Montaner, en la Montañeta; Ramírez y Carlos Ramón, en Sant Roc y alguno más de los 47 que funcionan en la actualidad. Un gremio que siempre ha estado muy unido.
Los horneros, sabemos por un documento que hemos hallado que data de 1770, celebraban su fiesta al Arcángel San Miguel. En la actualidad la fiesta anual la dedican a Nuestra Señora de la Merced, homenajeando, como merece en este día, a la mujer panadera.
En la foto que hemos elegido, vemos al que fue hornero toda su vida, en la Vila, Enrique Camarena Sifre, en plena dedicación. Un horno, el de Camarena, que lleva 53 años ininterrumpidos sirviendo "el pan nuestro de cada día" a los ancianos acogidos en el Hogar Santa Teresa Jornet de Alzira.
Alfonso Rovira, 25.03.1993