ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (13) // ANECDOTARIO Y MÁS PREGONEROS EN LA SEMANA SANTA DE ALZIRA // POR: ALFONSO ROVIRA
En la pasada “Estampa” nos ocupábamos de los pregones de Semana Santa. En esta ocasión comentaremos anécdotas y costumbres que hemos vivido siguiendo los actos que ha realizado la Junta de Hermandades y Cofradías en la visita de los pregoneros a nuestra ciudad en los últimos años. Muchos de ellos —no es el caso del cardenal Tarancón—, a pesar de venir extensamente documentados de la historia de Alzira, quedaron deslumbrados al entrar en la antigua isla de Júcar y contemplar la vega naranjera desde la Muntanyeta del Salvador, el santuario dedicado a la patrona nuestra Señora de Lluch y en donde firmaron en el libro de la Real Cofradía. También se sorprendieron por la recepción de la corporación municipal en el ayuntamiento y la visita a su rico archivo. Disfrutaron del paseo por las calles y plazas de la población y finalmente el pregón que se ha realizado en distintos escenarios a lo largo de los años y, sobre todo, la convivencia por unas horas con los habitantes de estas tierras de color naranja.
El día 30 de marzo de 1985, a las 13:37, llegaba a las puertas del ayuntamiento el cardenal Tarancón, en plena transmisión del programa informativo “Terra Nostra” de Radio Alzira. El que suscribe abordaba a su eminencia reverendísima, quien nos manifestaba: “molt agust arrive a Alzira per ser el portaveu del poble en estes festes de Semana Santa i estic molt content, perque me han fet un recibiment extraordinari. Crec que han manifestat la vostra socarronería, perque tenim fama els burrianencs de ser fanfarrons, però me pareix que hi ha molts pobles de la Ribera que quasi ens guanyen. Jo salude carinyosament a tots els fills d’Alzira”.
Este mismo día, 30 de marzo, se cumplía el VII aniversario de la proclamación canónica de la Virgen de Lluch en su santuario. El pregón lo pronunciaría en el parador fallero de la calle Mayor San Agustín, cedido por la familia Suñer para esta ocasión, ya que el Gran Teatro no estaba en condiciones para este menester, por haber sufrido, como en toda la comarca, los daños ocasionados por el desmoronamiento de la presa de Tous.
Y así, siguieron al cardenal: el padre Martín Patino; al año siguiente Gregorio Peces-Barba Martínez, que había sido presidente del Congreso de los Diputados, quien glosó en su disertación sobre “El proceso y la muerte de Jesús”. En 1988 los alcireños pudieron escuchar la exquisita dicción del académico de la lengua Joaquín Calvo Sotelo, quien manifestaba en su visita al santuario que había pasado varias veces por Alzira sin haberse detenido, y “no se qué penitencia habré de pagar por ello. Pero, desde luego, mi arrepentimiento y dolor de corazón. Este es un paraje fuera de serie y no dudo que la Virgen esté mejor hospedada que lo está aquí”. Otro miembro de la Real Academia, José García Nieto, fue el pregonero que deleitó a los alcireños con sus versos. Esto ocurría en el año 1989 en el cine Reyno.
De los dos últimos años, podemos recordar a dos ilustres doctores en la palabra: el murciano Manuel Augusto García Viñolas y el famoso locutor Matías Prats Cañete. Sobre todo las dedicatorias escritas en los libros de oro de la Real Cofradía de la Virgen de Lluch y el del ayuntamiento de la ciudad. En el pregón pronunciado en el Gran Teatro por Matías Prats, donde hizo una detallada cronología de los “Pasos” de la Semana Santa alcireña, dijo que se sentía muy satisfecho “por haberme proporcionado la ocasión gratísima de estar entre vosotros en esta bendita ciudad, inmerso en el perfume de las naranjas, respirando el aire que transmiten los huertos fecundos, sintiéndome ribereño con vosotros, capitalino de la Ribera Alta por unas horas. Estoy extasiado, confieso, entre el poderío agrícola industrial y comercial de la Villa que os vio nacer, vivir, sufrir y prosperar. Todo lo percibe el pregonero que llega a Alzira para exaltar la más bella de sus tradiciones: la Semana Santa”.
Todos los pregoneros fueron obsequiados en la recepción en el ayuntamiento, de manos del alcalde, en aquella época Francisco Blasco, con un ejemplar de la lujosa edición de los Pergaminos de la Cancillería Real, que en su día preparó y escribió para conocimiento de todos el recordado sacerdote alcireño, cronista oficial de Alzira y archivero municipal, José María Parra Ballester.
Alfonso Rovira, 12.04.1992
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