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EL SEIS DOBLE - DIARIO DIGITAL DE ALZIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (21) // NEGOCIOS SOBRE RUEDAS // POR: ALFONSO ROVIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (21)     //     NEGOCIOS SOBRE RUEDAS     //     POR: ALFONSO ROVIRA

Hasta no hace muchos años presenciábamos por las calles de nuestra Alzira unos perso­najes populares que se nos hacían familiares y que tenemos presentes en nuestra memoria. Se dedicaban a recorrer el pueblo pregonando en voz alta su honrado trabajo. Eran los profesionales liberales que queremos recordar aquí.

La imagen con la que hoy  acompañamos el artículo es toda una muestra de aquellos personajes que laboraron en las calles. Se trata del llanterner y hojalatero, al que vemos sentado en su caja de herramientas; a su mismo lado un bote alto, que era el portador de las brasas, donde asoman dos mangos de soldado­res. Pegado a la caja, una botella de ácido sulfúrico para la limpieza del soldador. El llanterner está arreglando un lebrillo, rajado quizás por algún golpe; lo cose con unas grapas a lo largo de su rotura y quedaba como nuevo.

Habían otros, como el que anunciaba “paraigüera barata, s'apanyen paraigües a la mateixa casa". Al son de la música de un instrumento denominado popularmente pinta, acompañado de un carrito de una rueda y varias piedras de afilar anunciaba su bien hacer el esmolaor. Saben ustedes del afilador Enrique Lamelas Álvarez, cuya profesión ha heredado un nieto suyo. ¿Quién no ha saboreado un buen vaso de agua limón que vendía por las calles Enrique Rovira? Recuerdo también  al señor Toni Serrano, que siendo cacahuero y viviendo en l’Alquerieta, también en verano proclamaba “aigua limón quallada i dolça”. En invierno, al anochecer, aparecía por las calles portando un capazo y dentro de él un saco con castañas recién asadas y en la otra mano una linterna de aceite, pregonando “castanyes torraes, calentetes i bones”. Otro personaje era el bueno del señor Pepe Mascarell, el Bolo, vendía lotería diciendo “demá el sorteo, que poquet viura el que no ho vora... Demà el sorteo...”

Hay quien recorría la población con la bicicleta en la mano anunciando “metal, coure i ferro vell, teniu per a vendre ...” o aquel que decía “pells de conill cambìe per caixetes de mistos”. Una señora tirando del burret que llevaba el carro, cambiaba “draps i espardenyes velles, per plats i gots”. Otro personaje decía ‘yauuuuu ...”, vendía cal para blanquear las paredes de la casa y los corrales; era el calciner, creo que venía de Carlet. Otro simpático personaje era el señor Agustí, el terrero, que anunciaba el producto que las señoras utilizaban en la cocina para limpieza de la vajilla; en alta voz proclamaba “el terrero, terrero, terrero, terreroooo”.

¿Se acuerdan ustedes de un burrito bien adornado con sus albardas portadoras de arrop i talladetes? Pues era de Benigánim, donde este producto tan dulce se fabrica y creo que siguen haciendo los paisanos de la beata Inés, pero ya no lo distribuyen con el burret. También los alcire­ños nos acordamos de la señora Pepeta, la Gorrineta, que vivía al final de la putxada de Baltaro, muy cerca del camino que se dirige al Respirall; vendía terreta, de la que se abastecía en el monte, en el camino de la travessa, al lado del restaurante que regentaba la señora Fina en el Respirall. Por otra parte, también estaban los hermanos Blasco que, con una rapidez pasmosa, dis­tribuían por los domicilios en su carro hierba para los animales. Eran los albarsediers. ¿Quién no se acuerda de las pescateras que anunciaban con sus cestas cargadas de este producto “sardina fresca”?. La señora Victorina era una de ellas.

Cuando era niño el que suscribe, los domingos muy temprano salía a la calle para comprar churros al señor Vicente Calatayud. Era un hombre que vivía en la calle Nueva, era de Navarrés; también en su cesta de aluminio, en otro departamento, llevaba papas. Y aparecía otro en el escenario natural de la calle que pregonaba “porte brossetes de la Serra Mariola per a la panxa”. En aquella época de la venta ambulante había un buen hombre, el señor Grau, que con su maleta de madera pregonaba por las calles de Alzira y La Ribera “es para la vista cansada y miope”; vendía, ya lo habrán adivinado, gafas.

“Faixero, faixes”; era de Canals. “Regalicia de vara”, pregonaba un hombre que vivía en un huerto del termino de Benimuslem. El somierer y matalafer, un oficio que desempeñaba un hom­bre de la calle Colmenar. El abuelo Carrucha, que vivía en la calle de la Font, vendía helados en su carrito ambulante construido para este menester. “Caragols cristians i moros”; el Granotero era otro personaje popular.

Sabemos que hubieron muchos más personajes de esta índole. Eran tiempos muy difíciles los veinte años que si­guieron al terminar la guerra de 1936. Estos personajes, que aquí hemos recordado con todo cariño, ganaban lo que podían honradamente para llevar a casa lo necesario, que siempre era escaso para el sustento y supervivencia de la familia. 

Alfonso Rovira, 07.06.1992

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