DÍA DE LA IDENTIDAD ALZIREÑA __ Artículo de opinión
Celebremos el Día de Alzira con el compromiso de recuperar nuestras señas de identidad, trabajar con ilusión por una ciudad mejor, más próspera, más justa y solidaria
Un año más inicio esta columna con la cita de El Llibre dels Feyts: "El arrayaz de Algezira abandonó la Villa con unos treinta caballeros quedando toda la autoridad y señorío en manos de los demás vecinos sarracenos, los cuales nos enviaron mensaje, manifestándonos que aquel era muy buen lugar y uno de los mejores de Valencia y que si queríamos capitularían con Nos". "contestamos que los acogeríamos bajo nuestra gracia y les concederíamos vivir pero debían darnos posesión". Era el 30 de diciembre de 1243 "vespra del benaventurat Sant Silvestre".
Hoy, nuestra querida ciudad debe celebrar con gran regocijo la entrada del Rey Jaime I el Conquistador en la antigua Vila, que marcaba una nueva etapa en el devenir de los alcireños al incorporarlos a la civilización cristiana-occidental, no obstante permitió a los antiguos moradores vivir con las mismas costumbres que habían disfrutado, y ello sin distinción de raza ni religión.
Ello fue posible, no sin algunos altibajos, con paz y respeto. Debería ser una buena lección para todos nosotros que, en pleno siglo XXI, todavía vivimos en una sociedad en permanente crispación con los mismos o mayores problemas y desconfianzas que en aquella época, en la que Península Ibérica se hallaba desgarrada en guerras de religión y de razas. Nuestra Vila de Alzira, hoy Ciudad de Alzira, debe ser un pueblo acogedor, sereno, solidario y en búsqueda de bienestar para todos sin distinción alguna.
Hoy, DÍA DE ALZIRA, 30 de diciembre de 2007, como me complace denominar a esta fecha tan íntima para mi persona, como creo lo será para la mayoría de los alcireños, deberíamos reflexionar sobre el momento presente y futuro de nuestro pueblo y a qué estaríamos dispuestos a entregar y sacrificar por alcanzar una ciudad digna. He repetido una y otra vez, y de modo reiterado, que no es solo obligación de nuestras autoridades el lograr una gran Alzira, sino y mucho de todos los ciudadanos con mayores o pequeños detalles.
Hoy, al conmemorar el 764 aniversario de aquella efemérides notable, me permito animar a todos y cada uno de los alcireños, no solo a participar en el acto institucional cívico-religioso que tendrá su inicio en la Casa Consistorial, la Casa de todo alcireño, a las 18:30 horas, sino también a que adquiramos firme compromiso de recuperar nuestras propias señas de identidad como pueblo rico en historia, en tradiciones y legados que, siglo tras siglo, nos han dejado nuestros ilustres antepasados. Todo alcireño debe sentirse orgulloso de su pasado y también de su presente, a la vez que afrontar con valentía nuestro futuro esperanzador e ilusionante que cada día palpamos más y mejor, porque apreciamos la nueva realidad de una Alzira moderna y que, a pasos agigantados, será la auténtica Capital de la Ribera y que, no cabe duda, redundará en el bienestar de todos los pueblos hermanos de nuestro perturbado Xúquer que, con alegrías y tristezas, ha formado y forma parte de nuestra vida cotidiana.
Otro evento que debemos recordar con gratitud es que el Conqueridor tuvo especial empeño en localizar los cuerpos de nuestros Mártires y Patronos Bernardo, María y Gracia ya que, como amante y benefactor del Monasterio de Poblet, anhelaba encontrar las reliquias del monje cisterciense Bernardo, que había sido martirizado junto con sus hermanas Zaida y Zoraida un 20-21 de agosto de 1180, y que tenía la convicción plena de que se encontraban ocultas en tierras alcireñas y muy cercanas al río Júcar. Al Rey Jaime I El Conquistador debemos la gracia del hallazgo de las reliquias de los tres hermanos Mártires y que todavía, tras muchos siglos, aún conservamos y veneramos tanto en Carlet, Poblet, Alzira y en tantos y tantos lugares y ello, porque concluida la contienda civil, el documento que autentificó San Juan de Ribera (año 1602) se encontraba en el interior de la Imagen de San Bernardo, por lo que partículas de estas reliquias sirvieron para la consagración de múltiples altares de toda la diócesis valentina, por cuanto no existía duda alguna de que eran de un mártir como entonces fijaba la liturgia.
El año 2007 pasará a la historia como el de la recuperación, tras su restauración, de los Casalicios en honor de los Santos Patronos. Gracias a cuantos lo han hecho posible.
Celebremos hoy el Día de Alzira con júbilo y satisfacción con el compromiso de recuperar nuestras señas de identidad, trabajar con ilusión por una ciudad mejor, más próspera, más justa y solidaria. No defraudemos el legado recibido.
José Palacios Boquera
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