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EL SEIS DOBLE - DIARIO DIGITAL DE ALZIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (2) // LAS HERMANAS DE LA CONGREGACIÓN DE ANCIANOS DESAMPARADOS DEL “HOGAR TERESA JORNET” // POR: ALFONSO ROVIRA

ESTAMPAS Y RECUERDOS DE ALZIRA (2)   //   LAS HERMANAS DE LA CONGREGACIÓN DE ANCIANOS DESAMPARADOS DEL “HOGAR TERESA JORNET”      //        POR: ALFONSO ROVIRA

Sor Dolores Chiva y todas las Hermanas.  Una vida al servicio de los demás 

"Venid, benditas de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer; por­que estaba desnudo y me vestisteis; porque estaba desamparado y me recogisteis..." Así podríamos comenzar esta cita de hoy de “Estampas y Recuerdos” para ir recordándoles nuestras vivencias en esta querida terra nostra donde hemos tenido la suerte de vivir.

La base principal de estos artículos, van a ser apoyados con fotografías que  acompañaremos a la publicación; imágenes recordadas de alcireños que ya nos dejaron y otras de distintos motivos, siempre en torno a la nuestra Alzira.

En la foto que ilustramos este segundo reportaje de la serie, vemos a Luis Suñer con su esposa, Carmen Picó; Sor Dolores Chiva, Sor Dolores Tos, ya fallecida, y Sor Esperanza. En primer plano, Sor Carmen del Redentor Domínguez, superiora del Hogar Teresa Jornet. A la derecha, en segundo plano, Tomás España dialogando con la esposa de Pepe Moll, los dos ya fallecidos.

La imagen fue tomada el 19 de noviem­bre de 1967, en el transcurso de la postulación pro Hogar Teresa Jornet, que había sido inaugurado el día 21 de junio de aquel mismo año. Postulación en la que cola­boraron todos los vecinos de la ciudad.

Las Hermanitas de la Congregación de Ancianos Desamparados, que disfrutan del cariño de todos los alcireños, celebrarán este año el 25 aniversario de la inauguración de la nueva casa en la Avenida Luis Suñer.

Las religiosas pertenecientes a este Hogar de Ancianos cuidan solícitamente, con filial cariño, a los ancianos de ambos sexos que, por su estado de pobreza, soledad de familia o achaques de la vejez, necesitan de los auxilios de la caridad cristiana para descender lo menos penosamente posible los últimos peldaños de la escala de la vida.

Sor Dolores Chiva

Hoy, 19 de enero de 1992, queremos homenajear cariñosamente a Sor Dolores Chiva Artero, una hermanita que a longeva edad de 81 años, todavía se encuentra en plena actividad, que el miércoles día 22 de este mes, cumplirá 47 años de servicio en el Asilo de Alzira, y el 12 de febre­ro, las bodas de oro de la Congregación que fundara Sor Teresa Jornet Ivars.

Sor Dolores, aunque nació en La Plana, en Almazora, se considera alcireña, casi toda su vida ha transcurrido entre los ribereños, principalmente ayudando a los ancianitos en el Asilo de Alzira, y con todo merecimiento debemos homena­jearla.

Esta crónica fue publicada en el diario Levante el domingo 19 de enero de 1992. Tres años después, el día 30 de diciembre de 1995 a Sor Dolores Chiva le fue concedida, por el ayuntamiento de Alzira , la Insignia de Oro, con el escudo de la ciudad por su humanitaria labor y espíritu generoso de sacrificio y entrega a los desamparados.

Aquella tarde, en el salón noble del ayuntamiento, Sor Dolores, muy emocionada pronunciaba unas palabras dirigidas al señor alcalde y miembros de la Corporación Municipal: “soy una Hermanita que durante toda mi vida me he dedicado a amar a Dios a través de los ancianos. En ellos siempre he visto a Jesús y también en ellos he encontrado el sentido de mi vida y la propia felicidad. Aunque no lo crean, soy muy feliz al lado de mis Hermanas de Congregación y los ancianos. Al querer corresponder a este homenaje, con motivo de los cincuenta años de permanencia en Alzira, estoy tan agradecida, que de la misma forma que saltó de gozo San Juan Bautista en el seno de Santa Isabel, por la visita de la Virgen María, así salta de gozo mi alma al ver el reconocimiento público que en mi humilde persona hacen a toda la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados. Muchas gracias. Yo no tengo ni plata ni oro, como dijo San Pedro en una ocasión, pero en nombre  mío y de mi Congregación, os prometemos ese oro de la oración para todos vosotros y la total dedicación social y religiosa a los ancianos”.   Alfonso Rovira, 19.01.1992

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